Sus ojos son los inconfundibles. Su voz sólo la identifico yo.
-¿Alo?
-Alo, Nano
-Sí, con él
-¿Sabes con quién hablas?
-Uuh, eres tú, hace tres años que no hablamos
-¿Me llamas a la casa?
Hablamos dos horas. Siempre se vuelve o se intenta volver. Será la primera, siempre.
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